La crisis global de la logística continúa generando estrés en todo tipo de productos en todo el mundo y se prevé que se extenderá hasta finales de 2023. El análisis del Grupo Bancolombia con cifras de Reuters indica que el problema actual se debe principalmente a la cantidad relevante de la flota de carga global que permanece estacionada. Además, el choque de oferta generado por la pandemia no se ha resuelto tan rápidamente como lo logró fortalecerse la demanda durante 2021.

La política cero Covid que ha mantenido China, una de las economías más integradas con la cadena global de suministros, ha exacerbado los problemas. Esto ha implicado el cierre de ciudades, unidades productivas y puertos ante cualquier detección de contagio.

Por otra parte, la escasez de trabajadores en los mercados laborales de Europa y Estados Unidos ha contribuido a exacerbar la crisis. En ambos lugares, se ha extendido por varios meses el debate por el salario mínimo de acuerdo a las horas trabajadas. Los fenómenos climáticos adversos en ciertas regiones del planeta también han afectado la situación.

Las empresas colombianas se han visto especialmente afectadas, con incrementos anuales inéditos en los precios de los alimentos y la inflación total al consumidor. En Estados Unidos y Europa, los avances de los precios también han presentado máximos de varias décadas. El estrés que enfrenta la logística global, en lugar de corregirse, parece estarse intensificando a medida que pasa el tiempo.

Para las empresas, la recomendación es desocupar los contenedores en puerto y agilizar los procesos de entrega de los productos importados a sus consumidores finales. Es importante diversificar los proveedores para permitir una mayor movilización. En este momento de crisis, la eficiencia es crucial.

Aunque algunos expertos indican que la crisis podría remitir a finales de este año, los canales comerciales se han atascado tanto que podría tomar hasta el próximo año para que las industrias más afectadas vuelvan a ver el negocio como de costumbre. Además, la dislocación general de la cadena de suministro ha sido dramática y es poco probable que la situación se normalice antes de 2024.

Las empresas emergentes y en desarrollo deberán calibrar cuidadosamente sus políticas fiscales y monetarias. También es necesario que emprendan reformas para borrar las cicatrices de la pandemia. Estas reformas deben diseñarse para incrementar la inversión y promover el capital humano, revertir la desigualdad de ingresos y de género y hacer frente a los desafíos del cambio climático.

En resumen, la crisis global de la logística ha generado una dislocación dramática en la cadena global de suministro y ha afectado a todas las economías del mundo. Se espera que la crisis continúe hasta finales de 2023 y que las empresas calibren cuidadosamente sus políticas fiscales y monetarias para superar esta crisis.

Fuente: LaRepublica.co